25 de noviembre. Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer
- 44 víctimas mortales por violencia de género se han registrado en lo que va de año, de las cuales cuatro proceden de la Comunidad de Madrid.
- 2.723 contratos de interinidad para sustituir a trabajadoras que se apartan de su empleo por culpa de la violencia de género.
- Aunque las denuncias han aumentado, sólo un tercio de las mujeres asesinadas por violencia de género la han presentado.
Ser víctima de violencia machista no sólo supone convertirse en el blanco de un agresor que atenta contra tu integridad física, psicológica o emocional, incluso hasta el punto de poder acabar con tu vida o la de tus hijos. Significa, si sobrevives, que te roban la seguridad personal, la autoestima, la libertad y hasta el empleo, sometiéndote a la absoluta exclusión social. Cuando una víctima de violencia de género denuncia o busca apoyo, la sociedad suele ofrecer recursos que irremediablemente excluyen, sobreprotegen y, en repetidas ocasiones y a veces sin intención, se aparta a la persona agredida de una vida en la que socialmente estaba “incluida”, a llevarla a otra donde estará “señalada” como “la víctima”.
Las denuncias por violencia de género alcanzaron su máximo histórico el pasado año (166.260), un 16%, y han crecido un 29% en los últimos cinco años., según el sexto informe ‘Un empleo contra la violencia’ realizado por la Fundación Adecco.
Dicho informe también revela que las Comunidades Autónomas donde se han registrado los mayores aumentos de denuncias han sido: Madrid (25,2%), Murcia (24,4%), Navarra (22,2%) y Aragón (22,1%). No obstante, este dato no siempre representa una buena noticia, dado que un tercio de las mujeres asesinadas por violencia de género la han presentado.
El foco no está en la víctima sino en el agresor
El foco no está en la víctima sino en el agresor, insisten muchas de las personas expertas que trabajan con mujeres víctimas de violencia machista, como la Asociación Candelita, entidad miembro de la Red Madrileña de lucha contra la pobreza y la exclusión social (EAPN MADRID). Candelita gestiona varios programas destinados a las mujeres en las que han participado alrededor de 600. El 80% de esta población, ha sufrido algún episodio de violencia.
Mientras que la víctima está alejada de su entorno, abatida, avergonzada, aterrada, violentada, su agresor está en la calle, con la vida que siempre ha tenido…¿Por qué? La sociedad no ha cambiado el foco y de ahí que en muchas ocasiones la violencia de género condene a sus víctimas a la exclusión social. Por eso, desde Candelita insisten en la importancia de cambiar el foco, de la sensibilización, para no “revictimizar” a las mujeres y contribuir a su recuperación e inserción social. La mirada debe girar hacia quien ha cometido el daño, el agresor, y no hacia la víctima.
Empleo e inserción
El pasado septiembre, el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) —el antiguo INEM— recogía un total de 2.723 contratos de interinidad para sustituir a trabajadoras que se apartan de su empleo por culpa de la violencia de género. La cifra es casi el doble que en 2013, cuando se contaron 1.554. Estos datos que hablan de la exclusión laboral, los publicó esta semana la Central Sindical Independiente y de funcionarios (CSIF).
No obstante, el Pacto de Estado contra la Violencia de Género está avanzando más en esa protección: ya se ha puesto en marcha la acreditación de víctima con el informe de servicios sociales (sin denuncia, ni sentencia) y deben aplicarse otras medidas, como el teletrabajo, que permita a la mujer no desvincularse de su puesto garantizándole la retribución.
Un paso más contra la violencia machista